BDSM Barcelona

La distinción entre estos cuatro conceptos debe tenerla clara el Dom en todo momento,pues es muy importante para los dos y para el buen funcionamiento de la relación en general.
Deseos:
El deseo e iniciativa del Amo de jugar y el de su sumisa por complacer son los motores primeros de cualquier intercambio de poder o interacción erótica D-S. Estamos hablando del deseo de empezar a practicar técnicas nuevas como la cera, las agujas, copro, exhibición social etc.
Normalmente la dinámica del deseo de juego es la siguiente: el Dom propone un juego o unos protocolos a la bottom. Los dos hablan de como,donde y con qué medios se llevará a cabo el juego y acuerdan su realización
Es importante destacar que de no llegar a un acuerdo con su sumisa, el Amo no puede imponerlos apelando a su autoridad. ni es correcto castigar a la sumisa por no acceder a determinados deseos de juego del Amo.

Ordenes:
Los deseos o propuestas de juego, no deben confundirse con otras expresiones de la voluntad inmediata del Amo, pero de sentido afectivo muy diferente como son las órdenes. Aquí sí que se ha entrado previamente en el juego de rol y por tanto no son consensuadas, y están basadas en un deseo previo de juego ya consensuado. Por ejemplo si estamos dentro de actividades de humillación, bondage o castigo puede ser una expresión del tipo: —-“flexiona las piernas “—- o —-“date la vuelta”—-ese tipo de expresiones imperativas no admiten discusión ni consenso y son de respuesta inmediata. La respuesta puede ser su ejecución por la sumisa sin más o en caso de serios inconvenientes para su salud o bienestar como por ejemplo en dolencias olvidadas por el Amo, respondidas con una señal que permita suplicar a la sumisa su reconsideración.
Hay situaciones en que no es fácil determinar si la voluntad expresada por el Amo es un deseo o una orden. Todos conocemos aquella frase de “ tus deseos son órdenes para mi”. En muchos casos la obligatoriedad sin consenso de un deseo y su conversión en orden dependen de muchos factores como el tipo de relación establecida. No es lo mismo si esa voluntad del Amo la recibe una sumisa o una esclava, es una relación muy ocasional o es una 24/7 y también el modo imperativo con el que se ha expresado

Premios:
El mejor premio para la sumisa es ver satisfechos los deseos de su Amo
Pueden considerarse premio cualquier juego que el Amo elija y que sepa que es especialmente satisfactorio para la sumisa. Normalmente las actividades masturbatorias proporcionan placer mutuo y en este caso el premio es en las dos direcciones. También el dolor puede ser un premio cuando la sumisa es masoquista o el dolor es aceptado y transformado en el placer de servir a su Amo.
Premios para ambos que se conceden mutuamente son los collares y contratos de propiedad, las ceremonias de union en club social etc. Hay muchas maneras en que una sumisa puede premiar a su Amo a parte de mostrar su devoción incondicional, por ejemplo ceder a la realización de un tatuaje de propiedad, o sorprenderlo con un nuevo juguete sexual.

Castigos:
Otro tipo de expresiones de la voluntad del Amo son los castigos. Los castigos no deben confundirse con la expresión de un deseo de juego, pues el simple hecho de que hayan sido propuestos por el Amo ya no admiten su exclusión total por parte de la sumisa. Tampoco deben confundirse con las órdenes directas, pues necesitan del consenso y estas no.
Su dinámica suele ser la siguiente: por el motivo que sea, el Amo percibe que su sumisa le está fallando y no está cumpliendo sus expectativas pactadas de entrega, por pereza, descuido, por faltar a los protocolos etc. Entonces expresa la necesidad para el buen funcionamiento de la relación de consensuar algún tipo de castigo. Debe ser siempre propuesto por la parte Dom, pues si es al revés, la sumisa podría elegir un castigo que le sea placentero de cumplir, con lo que estaríamos quitándole todo sentido y efectividad. Una vez vista su necesidad, el Dom propone una o varias actividades de castigo que como en educación en general, deben tener alguna relación con la falta cometida para entender su significado conscientemente.El castigo debe basarse en la persuasion y nunca en la amenaza ni en dejar de prestar alguna ayuda economica prometida.
La parte sumisa asume el castigo como necesario, no como placentero a sus sentidos ni a su erotismo sino que su recompensa es el placer mental sumiso de darse y complacer a su Amo reconduciendo positivamente la relación.
Para que el castigo sea eficaz, además de ver su importancia, la sumisa lo debe querer como propio y debe expresar con sus propias palabras o con las sugeridas por su Amo la necesidad de ser castigada, en definitiva, debe suplicarlo a ser posible de rodillas repitiendo las palabras de autocorrección tantas veces como sea preciso delante de su Amo.
La necesidad de consensuar el castigo así como el ritual de la súplica del castigo, aunque parezca una banalidad en el juego erótico, tiene su importancia en el mantenimiento de una relación sana y duradera porque evita muchos malentendidos. Si el castigo no es cumplido a satisfacción de los dos, no debe obviarse nunca, pero tampoco exigir un nuevo doble-castigo más severo, Es muy probable que si no se habla sinceramente sobre la necesidad de un doble-castigo o en su caso de “resetear” la relación, el tema se enquiste y pueda llegar a debilitar el vínculo seriamente.
Un saludo cordial.
Rexvandalus.