Sobre Dominar (texto antiguo)

Escrito por Tennerian El: 22 enero 2017 , categoria Artículos, Visto 1753 veces

Desde bien pequeño he tenido impulsos de Dominación. Fantaseaba con
ello, pero como no lo entendía correctamente, como no concebía que
alguien pudiese someterse a mi voluntariamente, fantaseaba con abuso.

Me sentía fatal. Si fantaseaba con abusar de alguien, es decir, en
contra de su voluntad, quería decir que yo era una mala persona, un
monstruo. Fue una cuestion que me preocupo mucho.

Tarde bastante tiempo en darme cuenta de que si me preocupaba tanto
era por que me importaba, por que yo no quería eso. De una forma
intuitiva, ya tenía muy clara la importancia del consentimiento.

Tal vez esa sea la diferencia más importante entre un abusador y
aquellos a los que en este mundillo suelen llamarnos «dominantes». Nos
importa que haya un consentimiento. Con enfásis en la palabra «importa».

Eso quiere decir que no nos vale sólo con que alguien diga que
consiente. Necesitamos seguir viendo y sintiendo que realmente es así.

Desde esta perspectiva el «dominar» ha de tomar un color diferente.
Ya no se trata de doblegar la voluntad de otro para acabar «ganando». Se
trata de ejercer un liderazgo y seguir percibiendo la satisfaccion del
otro de que seas tu quien lideres.



    sumiso carlossumi
    6 febrero, 2017

    Gracias Señora por sus previsiones. Desde el lado de la sumisión masculina, la autoridad natural de un ama provoca todo ese mundo mágico femdom.


      Muchas veces conocemos nuestra naturaleza antes de saber que esos impulsos, gustos o acciones tienen un nombre en algún tipo de práctica, arte o disciplina. Así me sucedió a mi a su vez hasta que supe que "eso" era BDSM.


        Dom Calafellenc44
        24 enero, 2017

        Así lo entiendo yo también. Buen texto Tennerian.


          Perfecto. Más claro que el agua.


            LouisaDomina
            23 enero, 2017

            Exacto, no se trata de doblegar, de imponer, de abusar, sino de liderar. No se trata de dejarse hacer, sino de entregarse voluntariamente, sabiendo a lo que te expones y con consentimiento. Ese equilibrio justo, el consentimiento y el respeto es lo que separa una relación de maltrato de una relación D/s.


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