La Clínica de Nia y JuanraNia y Juanra someten a Dani

Escrito por medicalgloves El: 23 julio 2025 , categoria Artículos, Visto 23 veces

La Clínica de Nia y Juanra

Nia y Juanra someten a Dani a una sesión médica erótica. La sumisión de Dani es puesta a prueba mientras la atmósfera clínica de la mazmorra se llena de placer y dominación. ¿Podrá Dani soportar los castigos de estos dos perversos dominantes?

La mazmorra, ubicada en el corazón de Barcelona, era un espacio frío y clínico, con paredes de un blanco impoluto y un ligero olor a desinfectante que flotaba en el aire. En el centro de la habitación, una camilla ginecológica con perneras destacaba bajo la luz fluorescente, rodeada de estantes repletos de instrumental médico. 


Nia, una dominatrix de apenas 19 años, se movía con la seguridad de quien había nacido para dominar. Su cuerpo esbelto estaba envuelto en unas pantimedias blancas de nylon que se ajustaban como una segunda piel, resaltando sus curvas sin dejar nada a la imaginación. Sobre ellas, una bata de doctora, abierta lo suficiente para revelar la ausencia de ropa interior, completaba su atuendo. Sabía que a Dani, su próximo sumiso, le fascinaban las mujeres con medias suaves, y ella estaba decidida a explotar esa debilidad.


A su lado, Juanra, un switch que ansiaba explorar su lado dominante, observaba la escena con una mezcla de nerviosismo y excitación. Su cuerpo estaba cubierto por un traje de látex negro que se adhería a cada músculo, con un agujero en la entrepierna estratégicamente tapado por un slip negro de lycra. Una máscara cubría su rostro, dejando al descubierto solo sus ojos, nariz y boca, añadiendo un aire de misterio a su presencia. Era su primera experiencia bi, y la idea de dominar a un hombre bajo la guía de Nia lo llenaba de anticipación.

La puerta de la mazmorra se abrió con un crujido, y Dani entró, su mirada nerviosa recorriendo el lugar. Era un sumiso poco experimentado, y esta era su primera vez en una sesión médica, y la presencia de Nia y Juanra lo intimidaba. Nia lo recibió con una sonrisa fría, su voz firme y autoritaria.

—Desnúdate, dúchate y vístete con lo que encontrarás en el baño. No te atrevas a tocarte—ordenó, señalando hacia una puerta lateral.

Dani asintió, su corazón latiendo con fuerza. Sabía que su sumisión sería puesta a prueba, pero la idea lo excitaba más de lo que estaba dispuesto a admitir. En el baño, encontró unas pantimedias similares a las de Nia y una máscara que cubría la parte superior de su rostro. Se vistió rápidamente, sintiendo la suavidad del nylon contra su piel apretando su asustado pene, y regresó a la mazmorra.

Nia lo guió hacia la camilla, su voz calmada pero implacable.

—Túmbate—ordenó, y Dani obedeció, sintiendo la frialdad del metal bajo su cuerpo. Antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Nia y Juanra lo ataron con correas de cuero, asegurando sus muñecas, tobillos, muslos, cintura y cabeza a la camilla. Las perneras se abrieron, dejando sus piernas expuestas y vulnerables.

—Hoy vas a aprender lo que significa la sumisión—murmuró Nia, su aliento cálido rozando el oído de Dani. —Y Juanra aquí va a ayudarte a entenderlo.

  • espero que antes de venir te hayas hecho el enema que te pedí y que vengas bien limpito y vacio – comentó Nia.

Juanra se acercó, su presencia era imponente a pesar de la máscara. Dani se sentía asustado y bastante nervioso, ya que nunca había sido sometido a este tipo de prácticas y nunca un hombre lo había tocado antes. Juanra le puso sobre la máscara un tapaojos para impedir que Dani pudiera ver y Nia abrió su boca, le introdujo un pañuelo y procedió a amordazarle colocando cinta adhesiva alrededor de su boca con varias vueltas, con la intención de callar a Dani y agobiarle un poco. 


La privación sensorial de Dani era total, a escepción del oido, ya que todavía podía oir.  Nia le dijo a Juanra que fuera acariciando a Dani sobre las medias, para ir haciendo que su pene se llenara de sangre, ya que de los nervios, el pene de Dani casi ni se veía. Juanra comenzó a acariciarlo mientras Nia se enfundaba unos guantes médicos bien ceñidos. Dani podía oir el sonido de los guantes y todo lo que decian, pero sin poder hacer nada.


 Mientras Juanra acariciaba el pene de Dani sobre los pantys,  Nía acariciaba sus pezones y los lamia para excitar todavía más a Dani, hasta que su excitación se hizo tan evidente que las medias comenzaron a mojarse de precum, momento en que Nía le dijo a Juanra que cogiera las tijeras y le cortara las medias por la entrepierna, dejando libres su pene, testículos y ano, pero sin cortar el resto de las medias. Ordenó a Juanra que lo masturbara y lo felara pero muy lentamente, prestando especial atención a su frenillo donde ordenó que le diera golpecitos de lengua rápidos mientra lo descapullaba para hacer gotear a Dani. 


Juanra alternaba chupandole el pene, masturbandole muy lento y dando golpecitos con la lengua en el frenillo de Dani mientras Nía acariciaba los sensibles pezones de Dani. Cuando Nia vió que Dani se iba a correr, ordenó a Juanra parar, cortando el orgasmo de Dani que llegó a soltar un chorrito de semen pero sin sentir el orgasmo. Juanra dejó a Dani temblando.   Nia ató los testículos de Dani con un cordón, apretándoselos bien y ordenó a Juanra que se pusiera los guantes como ella, mientras tanto, se dirigió a uno de los estantes y regresó con una bandeja de instrumental médico. 


Sobre ella, sondas, catéteres y otros objetos que hicieron que el estómago de Dani se retorciera de anticipación, ya que Juanra destapo sus ojos para que a partir de ese momento pudiera ver a través de su máscara a sus doctores perversos. 

—Primero, necesitamos asegurarnos de que estás limpio por dentro—dijo Nia, su voz cargada de intención. Tomó una sonda y se acercó a Dani, quien sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral.

—Relájate—susurró Juanra, su voz profunda y tranquilizadora. —Cuanto más te resistas, más difícil será.

Dani intentó obedecer, pero su cuerpo temblaba mientras Nia introducía la sonda con precisión clínica. El frío metal lo invadió, y un gemido ahogado escapó de sus labios. Nia sonrió, satisfecha con su reacción y ordenó a Juanra que le fuera acariciando los pezones a Dani.

—Así me gusta—murmuró, retirando la sonda y cambiándola por otra más gruesa. – Vamos a dilatarte bien esta uretra hasta dejar tu capullo bien abierto y que te sientas vulnerable-.  Mientras Nía iba cambiando los dilatadores, cambiando los grosores y también jugando con algunos mas largos, llamó a Juanra para enseñarle a usarlos. 


Le dió una sonda y le guió para que se lo introdujera a Dani… – mira como le entra, mételo un poco más que le llegue bien adentro y se sienta violadito- . Dani estaba sudando e intentaba gritar pero no podía por la mordaza. Nía cogió un cateter y comenzó a introducirlo. —Ahora, vamos a anular tus funciones biológicas que pasaremos a controlar nosotros.


El proceso fue lento y meticuloso, cada movimiento calculado para maximizar la sensación. Dani se sentía expuesto, vulnerable, pero también increíblemente excitado. En el momento en que sintió que el cateter entraba en su vejiga, se tensó y comenzó a quejarse.  Tranquilo Dani, deja que ocurra, ahora eres nuestro y contra más intentes resistirte peor va a ser.- Dani sentía como esa goma entraba en su vejiga y Nia la hinchaba para impedir que le saliera orina. Una vez sondado hasta el fondo, Juanra comenzó a masturbar a Dani y a lamerle pero con el cateter dentro, sintiendo Dani cierto escozor y presión en su interior, a la vez que sentía la necesidad de orinar pero sin poder. Juanra iba haciendo lo suyo mientras Nía comenzaba a preparar sus manos para abrir el ano de Dani. 


Comenzó colocándole a Dani un especulo anal y lentamente fue abriéndolo separando las paredes de entrada de su culito. Mientras Dani sufría con el culo abierto, el cateter metido y Juanra masturbándole y chupándole, Nia desinfló el ballon interior de la sonda y Dani, en cuento lo sintió, comenzó a soltar orina que fluía por el cateter notando una sensación tremenda de liberación pero también de vulnerabilidad. Mientras esto ocurría… – quiero que hagas que se corra Juanra-, – haz que se corra con el cateter dentro y el culo bien abierto-. Juanra al oir esto continuó masturbando y lamiendo mientras Nía acariciaba los pezones de Dani y mostrándole su cuerpo en medias para excitarle más. El pobre Dani al verla así, ver las manos enguantadas de Juanra tocándole y lamiéndole y sentirse abierto y violado uretralmente, no pudo evitar estallar en un intenso orgasmo… ver salir el semen a borbotones a través del cateter y del capullo de Dani, excitó mucho a Juanra que no dejaba de tocarle y lamerle. – Tranquilo Juanra, pronto podrás desahogarte con el paciente – le dijo Nía.  


Tras este orgasmo Nía comenzó a extraer el cateter lentamente del interior de Dani mientras le miraba y sonreía. – ¿has sufrido? Pues esto es solo el principio. ¿Sientes tu culito abierto? Pues ahora vamos a centrarnos en el. No pienses que por haberte corrido esto se va a acabar aquí, es ahora cuando comienza tu verdadero martírio, vamos a dejarte seco -. Comentó Nía. 

Doctor y doctora se cambiaron los guantes y Nía le quitó el espéculo a Dani, comenzando a introducir sus dedos uno a uno en su culito, usando mucho lubricante especial para relajar el ano  y que fuera dilatando. Mientras tanto le dijo a Juanra -Dedícate a sus pezones, no dejes de acariciarlos y lamerlos y si lo deseas, puedes de vez en cuando, pellizcarselos o mordérselos suavemente para que se olvide de su culo un poco mientras se lo abro –  Nía introdujo un dedo, luego dos, tres, cuatro… mientras Dani gemía sin parar e intentaba gritar… – Mira Juanra como lubrica este cerdito de sentir como le violo – observando como Dani tenía su pene flácido pero lleno de líquido prostático. 


Nía sacó los 4 dedos del culo de Dani y dijo – Juanra ponte un preservativo, quiero que te lo folles ahora que está bien abierto- 

—Ahora—dijo Nia, su voz cortante como un látigo—, es hora de que Juanra te muestre lo que significa ser dominado.

Juanra asintió, su mirada fija en Dani. Se levantó y se posicionó entre las piernas del sumiso, su erección era visible a través del látex. Con un movimiento fluido, bajó el slip y liberó su pene, que ya estaba duro y listo.

—Prepáralo—ordenó Nia, y Juanra obedeció, tomando un lubricante de la bandeja y colocándose el condón. Sus dedos comenzaron a masajear el entrada de Dani, lenta y firmemente, mientras Nia observaba con aprobación.

—Relájate, Dani—susurró Juanra, su voz ahora más suave. —Deja que suceda.


Dani intentó obedecer, pero su cuerpo se tensó cuando Juanra presionó su erección contra él. El látex frío contrastaba con la calidez de la piel, y Dani sintió un placer intenso que lo hizo gemir.

—No tan rápido—advirtió Nia, acercándose. —Queremos que dure, ¿no es así?

Juanra asintió, retirándose ligeramente y comenzando un ritmo lento y tortuoso. Cada embestida era deliberada, diseñada para llevar a Dani al borde sin permitirle caer. Nia, mientras tanto, se arrodilló frente a Dani, su rostro a centímetros del suyo.

—Mírame—ordenó, y Dani obedeció, sus ojos encontrándose con los de ella. —Vas a hacer todo lo que te diga, ¿entendido?

Dani asintió, su voz ronca cuando respondió:

—Sí, Ama.

Nia sonrió, su mano extendiéndose para tomar su pene, que ya estaba duro y goteando.

—Entonces empecemos—murmuró, y sus labios se cerraron alrededor de él, su boca cálida y húmeda entró en la de Dani, dejándolo sin respiración.

La habitación se llenó con los sonidos de placer y sumisión: los gemidos de Dani, los susurros de Nia, el ritmo constante de Juanra. El aire se volvió pesado, cargado de deseo y dominación. Pero justo cuando Dani estaba a punto de alcanzar el clímax, Nia se retiró de su boca, su voz firme.

—No aún—dijo, su mano apretando la base de su pene para detenerlo. —Aún no has ganado ese privilegio.

Dani jadeó, su cuerpo temblando mientras Juanra continuaba su ritmo implacable. Nia se levantó, su mirada recorriendo la escena con satisfacción.

—Ahora—dijo, tomando una bolsa transparente de un cajón—, voy a controlar el aire que respiras-. Le colocó la bolsa transparente en la cabeza a Dani y comenzó a asfixiarle mientras Juanra seguía penetrándole – ¿Sientes como aprieta su culo cuando lo asfixio, Juanra? Notas la contracción de su esfinter en tu pene? – mmm me encanta llevarlo al límite- Eres todo nuestro, perro – Sigue penetrándole bien adentro Juanra – Dani comenzó a lanzar chorritos de orina por su pene causados por la asfixia y la presión en su próstata, teniendo un squirting brutal.

—Relájate y déjalo fluir—ordenó, y Dani intentó obedecer, pero su cuerpo se retorcía mientras el líquido fluía. – Ahora penetralo fuerte y hasta el fondo Juanra,  y mastúrbale, quiero que se corra – y 


Dani estalló en su segundo orgasmo, sintiendo a Nía asfixiandole con esa bolsa de plástico transparente que se pegaba a su cara generándole una gran angustia junto a un gran placer gracias a Juanra. La sensación de ser violado fué increible, sin control de nada, ni siquiera de sus fluidos. 

  • Juanra, límpiale un poco la polla y desata sus testículos, ahora vamos a rellenarlo como un pollo hasta que no pueda más -. Juanra limpió y desató los testículos de Dani que estaban bien rojos del rato que llevaban atados. Ambos se cambiaron los guantes y Nía comenzó a follar el culo de Dani con sus dedos de nuevo hasta conseguir introducir su mano entera en el interior. Dani comenzó a tensar su cuerpo e intentaba arquearse pero no podía hacer nada… gritaba tras la mordaza mientras Nía urgaba en su culo con la mano y Juanra daba golpecitos con la palma de su mano a los testículos, generando a Dani un fuerte dolor testicular que le llegaba a la garganta mientras iba notando como su próstata se iba hinchando de nuevo con la mano de Nía follándolo. Su pene volvía a mojarse de precum… y de repente… -Ven aquí Juanra y metele tu mano. Quiero que lo folles tu mientras yo voy a abrir su pollita-. – Verás Dani, esto va a ser una gran tortura y quiero hacerte llorar -.  Mientras Juanra metía su mano en el interior de Dani, empalándolo bien, Nía cogió un dilatador con vibración y comenzó a introducirlo por la uretra de Dani, subiendo y bajando lentamente mientras activaba la vibración de la varilla que acababa en curva y llegaba hasta la vejiga. Dani sintió que no podía más, la sensación de estar completamente abierto, lleno y a merced de estas dos personas que no iban a parar pasase lo que pasase, lo llevó a entrar en un estado de completa liberación, pero las sensaciones eran tan intensas que solo podía gritar a través de su mordaza y llorar a lágrima viva de sentirse abierto y follado por todos sitios… notando como se orinaba y como salía precum… sin control alguno, hasta finalmente correrse mientras Nía metía y sacaba la sonda de su interior mientras lo mantenía bien descapullado. 

  • La cantidad de semen ya era mínima y el orgasmo doloroso… – Así me gusta Dani, sufre y dánoslo todo – Juanra sacó su mano del culo de Dani y Nía sacó la sonda dejando a Dani temblando y con espasmos.  – Se que no puedes mas pero todavía no hemos acabado contigo Dani-  Desataron a Dani, le quitaron la mordaza y lo hicieron tumbarse en la camilla pero en posición normal, en plan momia y lo ataron embalándolo con film trasparente fijándolo bien a la camilla para que fuera imposible moverse. – Ahora Dani vamos a sacarte hasta la última gota de tu esencia pero lo vamos a hacer suavemente y con paciencia, porque somos conscientes de que te costará ponerte duro tras todo lo que te hemos hecho sentir y la hipersensibilidad que debes de tener, así que Juanra quiero que te quites los guantes y le toques con tus manos lentamente, que le masturbes descapullándolo bien, que moje y usa tu lengua también. 

  • Mientras Juanra te estimula quiero que me mires, quiero que mires mis medias y lo mojadas que están por mi entrepierna de verte sufrir, me he excitado mucho al hacerte llorar y cuando intentabas gritar y temblabas. Ahora quiero ver como Juanra te disfruta y como sufres lentamente mientras me miras… Voy a jugar con tus pezones y voy a introducir mis dedos en tu boca bien adentro hasta llegar a la campanilla, un fisting oral, quiero hacerte salivar y provocarte la agonía de no poder quitarte mis dedos de tu garganta..- Nía comenzó a estimular los pezones de Dani con las dos manos y su lengua, mientras Juanra le felaba y masturbaba jugando mucho con su glande. Cuando Dani volvió a estar excitado y duro, Nía se puso un guante y comenzó a meter los dedos en la boca de Dani, tapándole la nariz para que abriera bien la boca. Le tocaba la campanilla provocándole arcadas mientras lo sujetaba del pelo a la camilla. 

  • Dani estando momificado no podía hacer nada para evitarlo y le excitaba esta situación por lo que no tardó en mojarse sintiendo la mano de Nía en su boca folllándosela y a Juanra en su pene. – Juanra si te excitas puedes masturbarte mientras le comes y le pajeas, puedes correrte en el plástico sobre su cuerpo si lo deseas- y Juanra comenzó a masturbarse hasta eyacular sobre Dani. Entonces Nía cogió una bala vibradora uretral y la introdujo por la uretra de Dani metiéndola bien adentro. Esta bala va conectada por un cable a un mando mediante el cual se activan diversas intensidades y patrones de vibración. Una vez adentro, la activó y Juanra continuó su tarea de lamer y masturbar hasta que Dani no pudo más y sintiendo la mano de Nía dentro de su garganta y viendo sus medias, estalló en un nuevo orgasmo en la boca de Juanra mientras todavía tenía la bala vibradora dentro de su uretra, que salió más tarde impulsada por su semen… – Bien Dani, ya solo nos queda hacer que te vacies del todo… Nía cogió el pene de Dani como pudo porque ya estaba encogidísimo, lo descapulló y comenzó a frotar su capullo rápidamente con sus guantes. 

  • Dani intentaba retorcerse y gritaba por lo que Juanra le tapó la boca. – No te resistas Dani, deja que salga, no puedes evitarlo- dijo Nía con tono perverso. De repente comenzó a fluir un chorro descontrolado desde el pene de Dani mientras Nía seguía frotando sin parar. Dani perdió el control ante tanta sensibilidad, teniendo un squirting incontrolado ante Nía y Juanra, quedando totalmente exhausto. Desataron a Dani, le quitaron el film y Nía besó a Dani. – Has sido un buen perrito Dani, te has portado muy bien, pero la próxima vez será un poco más intenso. 

  • Como sabemos que te hemos dejado cansado y debil, vamos a acompañarte a la ducha y vamos a ducharte entre los dos 😉 ¿te parece? Luego iremos a cenar algo juntos. 


    sumisa Anita Stein
    24 julio, 2025

    Si sacaras una novela yo la compraba la primera 😉. 👏👏👏. Es fácil imaginar las cosas con tanto detalle y se agradece. Un besote guapo.


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