Liberando Sensualidad- Anita, atada y preparada, espera la llegada de los doms.
Escrito por medicalgloves El: 31 julio 2025 , categoria Artículos, Visto 33 veces
Liberando Sensualidad-
Anita, atada y preparada, espera la llegada de los doms. Su cuerpo es objeto de deseo y dominio. La anticipación crece mientras ellos la exploran, liberando su sensualidad. ¿Podrá Anita entregarse por completo a esta intensa experiencia?
Anita yacía inmóvil sobre la camilla ginecológica, su cuerpo joven y esbelto atado con cuidado a la fría superficie metálica. Sus piernas, separadas y fijadas en un ángulo incómodo, mostraban las pantimedias blancas de nylon que se ajustaban como una segunda piel. El leotardo blanco, ceñido a su torso, marcaba la silueta de sus pequeños pezones, un recordatorio de su juventud y su dedicación al ballet.
Con solo diecinueve años, Anita tenía un cuerpo adolescente, poco desarrollado pero hermoso, con un culo firme y tonificado que contrastaba con su figura delicada. Su cabello rubio caía en ondas suaves sobre la camilla, y sus ojos azules, ahora llenos de anticipación, miraban fijamente al techo mientras esperaba lo que estaba por venir.
Daniel y Juanra, los dos doms, se acercaron a la camilla con una calma calculada. Ambos vestían guantes médicos de látex, sus movimientos precisos y llenos de intención. La habitación olía a desinfectante y látex, un aroma que Anita asociaba con la sumisión y el placer. Los hombres la observaron con una mezcla de admiración y dominio, sus ojos recorriendo cada curva de su cuerpo atado.
—¿Lista, Anita? —preguntó Daniel, su voz grave y tranquilizadora.
Anita asintió, su respiración ya comenzando a acelerarse. Sabía lo que iba a pasar, lo había consentido todo, pero la anticipación siempre era lo más intenso.
Juanra se inclinó sobre ella, sus guantes rozando la superficie de las pantimedias. El nylon crujió suavemente bajo su toque, y Anita contuvo el aliento. Él comenzó a frotarse contra sus piernas, disfrutando de la textura de las medias, mientras Daniel se colocó a su lado, sus manos deslizándose sobre el leotardo. El tejido ajustado no dejaba nada a la imaginación, y ambos hombres podían sentir la calidez de su cuerpo a través de la tela.
—Este leotardo te queda perfecto —murmuró Daniel, sus dedos presionando suavemente sobre sus pezones. Anita gimió suavemente, su cuerpo ya respondiendo a la estimulación.
Juanra sacó una tijera de su bolsillo y, con movimientos lentos y deliberados, comenzó a cortar las pantimedias a lo largo de la entrepierna. La tela se abrió, exponiendo su sexo sin nada de bello, y Anita sintió un escalofrío de excitación. Daniel, por su parte, cortó el leotardo alrededor de sus pezones, liberándolos de la prisión de la tela. Ahora, su torso estaba casi completamente expuesto, solo cubierto por las tiras del leotardo que aún la sujetaban.
—Ahora estás lista para nosotros —dijo Juanra, su voz llena de promesa.
Daniel se colocó entre sus piernas abiertas, sus guantes de látex brillando bajo la luz. Con un movimiento fluido, introdujo un especulo en su vagina, abriéndola aún más. Anita jadeó, su cuerpo tensándose mientras el metal frío la invadía. Juanra, entretanto, se centró en sus pezones, frotándolos con los guantes, haciéndolos endurecer aún más.
—Relájate, Anita —susurró Daniel, su voz calmada—. Esto es solo el comienzo.
Con un movimiento experto, introdujo una sonda uretral, y Anita gimió, su cuerpo arqueándose ligeramente sobre la camilla. La sensación era extraña, intensa, pero no desagradable. Juanra, viendo su reacción, sonrió y comenzó a masajear su clítoris con los guantes aceitados. El látex resbaladizo se deslizaba sobre su piel, creando una sensación única que la hizo gemir más fuerte.
—¿Te gusta, Anita? —preguntó Juanra, su voz cargada de intención.
—Sí… —respondió ella, su voz entrecortada por los jadeos al sentir como vaciaba su orina por la presión del dilatador.
Daniel retiró la sonda y, sin perder tiempo, introdujo dos dedos en su vagina, comenzándola a preparar para lo que vendría. Juanra, entretanto, se centró en su ano, frotándolo con aceite antes de introducir un dedo. Anita gimió, su cuerpo respondiendo a la doble estimulación. Dani procedió a amordazarla para callar sus futuros gritos y gemidos.
—Ahora, el fisting —anunció Daniel, y Anita sintió un nudo en el estómago. Sabía que esto sería intenso.
Con movimientos lentos y cuidadosos, Daniel comenzó a introducir dedo a dedo con oaciencia en su vagina, dilatando bien, aunque el especulo ya había realizado su trabajo, hasta que finalmente introdujo su mano en su vagina, usando más aceite para facilitar la entrada. Anita jadeó, su cuerpo tensándose mientras la mano de Daniel la llenaba por completo. Juanra, viendo su reacción, introdujo dos dedos en su ano, preparándola para más.
—Relájate, Anita —susurró Daniel—. Deja que tu cuerpo se abra para nosotros.
Anita intentó obedecer, respirando profundamente mientras la mano de Daniel se movía dentro de ella. Juanra, entretanto, retiró sus dedos y, con un movimiento fluido, introdujo su pene en su ano. Anita gimió, su cuerpo arqueándose sobre la camilla mientras la sensación de ser llena por completo la abrumaba.
—Ahora, el squirt —dijo Juanra, y Daniel se colocó entre sus piernas, estimulando su punto G con la mano que aún estaba dentro de ella.
Anita sintió la presión construir, su cuerpo temblando al borde del orgasmo. De repente, un chorro de líquido salió de su vagina, empapando la camilla y sus muslos. Ella gritó, su cuerpo convulsionando mientras el orgasmo la recorría.
—Perfecto —murmuró Daniel, retirando su mano y secándola con una toalla.
Juanra retiró su pene de su ano y, sin perder tiempo, se colocó frente a ella, su pene erecto apuntando hacia su boca. Anita abrió los ojos, mirándolo con una mezcla de deseo y sumisión. Quitó su mordaza y se quitó el preservativo.
—Abre la boca, Anita —ordenó Juanra, y ella obedeció, dejando que su pene entrara en su boca.
Él comenzó a moverse, follándose su boca con fuerza, mientras Daniel se colocaba entre las piernas de ella, introduciendo su pene en su vagina aún húmeda. Anita gimió alrededor del pene de Juanra, su cuerpo siendo tomado por ambos hombres. Sentía como el pene de Juanra la follaba la boca hasta la garganta, mientras el de Dani la penetraba profundamente… la sensación de sentirse usada y llena por ambos orificios no hacia mas que humedecerla.
—Ahora, el control de respiración —dijo Daniel, y Juanra retiró su pene de su boca, colocándole una bolsa transparente sobre la cara.
Anita intentó respirar, pero el plástico limitaba su oxígeno, haciéndola sentir mareada y excitada al mismo tiempo. Daniel continuó moviéndose dentro de ella, sus cuerpos sudorosos brillando bajo la luz.
—Orina para nosotros, Anita —susurró Juanra, y ella sintió la presión en su vejiga, sabiendo que no podría contenerse por mucho más tiempo.
Con un gemido, Anita se orinó, el líquido caliente fluyendo sobre la camilla mientras Dani seguía penetrándola. Los hombres sonrieron, satisfechos, y Daniel se corrió dentro de su vagina, llenándola con su semen. Juanra, entretanto, se corrió en su boca, obligándola a tragar su eyaculación.
—Perfecto —murmuró Daniel, retirándose de ella y ayudándola a respirar de nuevo.
Anita yacía exhausta sobre la camilla, su cuerpo temblando ligeramente mientras procesaba todo lo que había sucedido. Los hombres se masturbaron de nuevo eyaculando sobre sus medias blancas y su maillot para después mearse sobre su cuerpo. La desataron con cuidado, ayudándola a sentarse. Ella los miró, sus ojos azules llenos de gratitud y deseo.
—Gracias —susurró, su voz aún entrecortada.
Daniel y Juanra sonrieron, satisfechos. Sabían que Anita había disfrutado cada momento, y eso era lo que más les importaba. Mientras la ayudaban a levantarse, Anita no pudo evitar pensar en lo que vendría después, en las nuevas experiencias que la esperaban. Su cuerpo, aún tembloroso, ya anhelaba más, y ella sabía que estaría lista cuando llegara el momento.
(Imagen creada por IA sobre la historia disponible en mi sección de fotos)
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Me ha gustado mucho tu relato, jajaja me encantan tus comentarios Anita, le pago también otro helado. La continuación te lo digo en privado .Hasta pronto
Madre mia, me has dejado empapada 😊. La verdad es ke he disfrutado con tus relatos anteriores pero claro aki soy yo la prota y soy la sometida buff, que pasada. Supongo ke Juanra es el otro chico que a veces me habla. Mola un montón Dani. Te debo un helado de esos que tanto te gustan con horchata. Pago yo 😉. Gracias de verdad por hacernos imaginar tanto. Nos vemos pronto.
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