PARA TILa Promesa en la PenumbraEl aire era denso, cargado de
Escrito por Cautivadoporti El: 27 octubre 2024 , categoria Artículos, Visto 110 veces
PARA TI
La Promesa en la Penumbra
El aire era denso, cargado de una tensión que parecía vibrar entre ellos. Laura, atada y con los ojos vendados, se encontraba completamente inmersa en su propia vulnerabilidad. Cada segundo, cada caricia, cada palabra de él habían borrado cualquier otra cosa en el mundo, dejándola expuesta, atrapada en una mezcla de deseo y entrega que la llenaba desde lo más profundo.
Él se acercó, tan cerca que su respiración cálida acarició el contorno de su mandíbula, deslizándose lentamente por su cuello. Su boca, sus manos, se movían con una paciencia calculada, con una ternura que solo acentuaba el control absoluto que ejercía sobre ella. Laura, sintiendo cómo cada beso encendía un deseo que la superaba, se abandonó en ese silencio compartido, en esa entrega que parecía no tener fin.
Entonces, en un murmullo, escuchó un sonido inesperado, que la devolvió bruscamente a la intensidad del momento: el suave chasquido de un cinturón siendo desabrochado. La hebilla metálica resonó en la penumbra de la habitación, y cada pequeño sonido, cada crujido de la piel del cinturón al ser deslizado, la envolvió en una mezcla de anticipación y deseo.
Laura sintió cómo su respiración se aceleraba, cómo sus labios, instintivamente, se entreabrían en respuesta a esa sutil provocación. No podía verlo, pero en su mente imaginaba el gesto, la calma con la que él se despojaba de cada capa, y su boca, húmeda y llena de un anhelo creciente, reflejaba esa entrega absoluta que él había encendido en ella.
El último sonido que escuchó fue el suave y prolongado desliz de la cremallera, y en ese instante, Laura supo que había cruzado un umbral en el que no había vuelta atrás. Su boca, ardiente y expectante, era una señal clara de su propia rendición, un reflejo físico de esa devoción silenciosa que había ido creciendo en cada segundo, en cada roce, en cada palabra.
Él, sin prisa, se acercó aún más, y en el susurro de ese momento final, Laura sintió cómo su entrega era completa.
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